Para muchos, soñar despierto es una pérdida de tiempo, un signo de debilidad. Para otros, sin embargo, es pura energía, motivación para hacerlo siempre mejor. Hay quien piensa que soñar es un lujo reservado exclusivamente a los niños, mientras que los adultos deben mantener los pies firmemente en el suelo. Cuando eres niño puedes permitirte tener la cabeza en las nubes y pasarte el tiempo pegando pegatinas, dibujando y coloreando. Pero no cuando crezcas. Sin embargo, hubo quienes convirtieron esas tarjetas en un negocio internacional sin precedentes. Y hay quienes han convertido el arte y el diseño en las piedras angulares de una empresa de diseño consolidada. Exponentes internacionales del éxito empresarial italiano, Panini y Tecnografica tienen mucho más en común de lo que cabría imaginar.
Para empezar, la búsqueda de la calidad de imagen. Los cromos Panini tienen su origen en una intuición de Giuseppe Panini, que junto con su hermano Benito administraba un quiosco en el centro de Módena. En 1960, Panini compró un lote de cromos de fútbol italiano no vendidos a la editorial Nannina de Milán, los embolsó y los puso a la venta como sobres sorpresa: esta intuición fue inmediatamente un éxito comercial con 3 millones de sobres vendidos. Al año siguiente, los hermanos Panini lo hicieron todo en casa, saliendo y creando desde cero su propia colección de cromos, los «Futbolistas 1961-62», con especial atención a la calidad de las imágenes. El éxito quedó certificado por los 15 millones de sobres vendidos, que se convirtieron en 29 al año siguiente: había nacido el mito Panini «Futbolistas». Esa misma atención a la imagen guió también a Paolo Lamberti entre los años ochenta y noventa. Hombre de naturaleza fuertemente creativa e inclinado hacia el arte, tras una breve experiencia como dibujante a mano alzada en un estudio de cerámica, Paolo no tardó en darse cuenta de la importancia fundamental de la calidad de las imágenes vinculadas a los revestimientos. Con solo 24 años, decidió crear su propia empresa para hacer realidad la fusión de equipos tecnológicos de primera clase y habilidades manuales. Así comenzó la aventura en 1992 de Tecnografica en en el mundo de los revestimientos.
Otra característica que comparten Panini y Tecnografica es el incesante impulso hacia la innovación tecnológica y de producto. Un ejemplo famoso es la Fifimatic, la embolsadora automática inventada por Umberto Panini, que recogía y embolsaba las figuritas y luego las expulsaba ya embaladas dentro de cajas. Por su parte, Tecnografica, con el fin de mantenerse al día de la continua evolución de la tecnología en el campo gráfico, eligió las soluciones más punteras disponibles en la transición al digital. La adquisición de imágenes de ultra alta resolución y la impresión digital de ultra alta definición mejoraron aún más el trabajo artesanal de los diseñadores profesionales de la empresa.
Panini y Tecnografica también compartieron plenamente el concepto de personalización del producto como clave del éxito. Para estar a la altura de los tiempos y del mercado, Panini ha sabido adaptar sus productos a los intereses cambiantes del público, implicando a socios de los sectores más diversos, como juguetes, alimentación, bebidas, aperitivos, ropa, restauración, combustible, comunicación y otros. Del mismo modo, todos los gráficos creados por los artistas y diseñadores de Tecnografica son totalmente personalizables, con el fin de dar cabida a cualquier requisito dentro de cada proyecto individual con extrema flexibilidad.
Por último, pero no menos importante, ambas empresas emilianas siempre han creado y trasmiten emociones. Las figuritas a través del recuerdo y la nostalgia positiva hacia aquel pasado en el que el niño que había en cada uno de nosotros gritaba «¡CeloCeloManca!»; las cubiertas, en cambio, a través de la gráfica y la exaltación creativa del presente.
Panini cumple este año 60 anos, Tecnografica cumple 30 el año que viene. Aparentemente distantes por nacimiento y contexto, las dos empresas comparten en realidad el compromiso constante y las ideas brillantes que siempre han distinguido a la región de Emilia y a Italia en general. Panini y Tecnografica sueñan despiertos.
A partir del 14 de junio de 2021.
